lunes, 5 de noviembre de 2012

El paraíso en la otra esquina o la pintura de Gauguin novelada

Mario Vargas Llosa, El paraíso en la otra esquina (2003).

I. Flora en Auxerre ......................................................................................................................6
II. Un demonio vigila a la niña...................................................................................................13 
III. Bastarda y prófuga................................................................................................................24
IV. Aguas misteriosas.................................................................................................................34 
V. La sombra de Charles Fourier ...............................................................................................45
VI. Annah, la Javanesa París, octubre de 1893...........................................................................56 
VII. Noticias del Perú Roanne y Saint-Étienne, junio de 1844....................................................66
VIII. Retrato de Aline Gauguin Punaauia, mayo de 1897 ...........................................................78 
IX. La travesía Avignon, julio de 1844........................................................................................89
X. Nevermore Punaauia, mayo de 1897......................................................................................100 
XI. Arequipa Marsella, julio de 1844 ..........................................................................................111
XII. ¿Quiénes somos? Punaauia, mayo de 1898..........................................................................122 
XIII. La monja Gutiérrez Toulon, agosto de 1844 ......................................................................127
XIV. La lucha con el ángel Papeete, septiembre de 1901 ...........................................................138 
XV. La batalla de Cangalla Nimes, agosto de 1844.....................................................................149
XVI. La Casa del Placer Atuona (Hiva Da), julio de 1902...........................................................161 XVII. Palabras para cambiar el mundo Montpellier, agosto de 1844.............................................173
XVIII. El vicio tardío Atuona, diciembre de 1902.........................................................................183 XIX. La ciudad-monstruo .............................................................................................................196
XX. El hechicero de Hiva Oa Atuona, Hiva Da, marzo de 1903 ………………………………..208 XXI. La última batalla Burdeos, noviembre de 1844......................................................................220
XXII. Caballos rosados Atuona, Hiva Da, mayo de 1903..............................................................231


El paraíso en la otra esquina o la pintura de Gauguin novelada


Capítulo II: "Un demonio vigila a la niña"

II-1- Arii Matamoe (The Royal endo Pomare V) Óleo sobre tela gruesa, 1892. Adquirido en 2005 por el J. Paul Getty Museum. It is “a wonderful mélange” of motifs and symbols from Tahitian, Javanese, French, Peruvian and other cultures (The New York Times). Libro pág. 27 // pdf.
Arii Matamoe (The Royal endo Pomare V), 1892.  Óleo sobre tela gruesa.


II- 2- Manao Tipapau ("Ella piensa en el espíritu del muerto" o "El espíritu del muerto la recuerda"), 1892. Teha´amana asustada ante la imagen de "Koke" iluminada por un fósforo Libro pág. 35-43 // pdf.

Manao Tipapau ("Ella piensa en el espíritu del muerto" o "El espíritu del muerto la recuerda"), 1892. Óleo sobre lienzo. Albright-Nox Art Gallery, Buffalo, NY, USA.

II-3. Retrato del Príncipe Atiti (pág. 52)
Atiti, 1892.


Capítulo IV: "Aguas misteriosas"

IV-1. Pape Moe (pp.76-100)
Pape Moe ("Aguas misteriosas"). Fotografía de Charles Sptiz, exhibida en la "Exposición Universal de 1889".
Pape Moe ("Aguas misteriosas" o Jotefa-Gauguin según MVLl, pág. 88), 1893. Acuarela. Art Institute of Chicago, Chicago, IL, USA.
Pape Moe ("Aguas misteriosas"), 1893. Óleo sobre lienzo, 99 x 75.
Capítulo VI: "Annah, la Javanesa" (pp.

VI-1. Annah, la Javanesa (1880-1881) fue amante y modelo Gauguin a su vuelta de Tahití. Ella lo dejó en 1894, y se llevó todos los objetos de valor de su apartamento, excepto sus cuadros. Más tarde fue la modelo del artista Alphonse Mucha.
Aita tamari vahina Judith te parari ("Annah, la Javanesa [o "La mujer-niña Judith, aun sin desflorar", pág. 145] ), 1893. Óleo sobre lienzo. Colección privada.

Capítulo VIII: "Retrato de Aline Gauguin"

VIII-1- Retrato de Aline Gauguin. 1988, (pág. 179-181).
Retrato de Aline Gauguin. 1988 (pág. 180) o 1890. Óleo sobre tabla, 41 x 33 cm. Inv. 2554. Galería Estatal de Stuttgart.

Capítulo X: "Never more"

Durante 1896 pinta temas relacionados con maternidad... (pág. 228).

1- Te arii vahine ("La mujer del rey").

Te arii vahine ("The King's Wife"), 1896. Óleo sobre lienzo. Museo Pushkin of Bellas Artes, Moscú, Rusia.
2- No te aha oe riri? ("Por qué estás enfadada").

No te aha oe riri? (Why Are You Angry?), 1896. Óleo sobre lienzo. Art Institute of Chicago, Chicago, IL, USA.

3- Te Tamari No Atua ("Nacimiento").

Te Tamari No Atua (Nativity). 1896. Oil on canvas. Neue Pinakothek, Munich, Germany.
4- Nave Nave Mahana ("Días deliciosos").



Nave Nave Mahana ("Delightful Days")
5- Te rerioa ("El sueño")
Te rerioa ("El sueño"). Óleo sobre lienzo, 65 x 90.
Hasta que la visión de un cuervo, pájaro nunca visto en Taití, le augura mal presagio (pp. 228-230). Había escuchado a Mallarmé recitar un poema de Edgar Alan Poe "El cuervo" y le impactó para siempre este pájaro de mal agüero.
Retrato de Stephane Mallarmé. 1981. Carboncillo.

Edgar Allan Poe
(Boston, 1809 - Baltimore, 1849)

El cuervo

Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es —dije musitando— un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”

¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.

Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrores
jamás antes sentidos.  Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”

Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón
imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía.”
Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.

Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
Apenas esto fue, y nada más.

Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
“Ciertamente —me dije—, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio.”
¡Es el viento, y nada más!

De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.

Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,
no serás un cobarde,
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: “Nunca más.”

Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
las palabras pronunció, como virtiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
“Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas.”
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”

Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de ‘Nunca, nunca más’.”

Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir granzando: “Nunca más.”

En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,
con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín
acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!

Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!


El cuadro de Never more es aparentemente similar a Manao Tipapau (pp.232-238) pero es una decisión de no volver a pintar

Never More, 1897.
Capítulo XII: "Quiénes somos""Koke... apodo que en realidad era la manera más aproximada que tenían los tahitianos de pronunciar su apellido." (pág. 281)

XII-1 (pág. 290-294)


XII- mitad derecha izquierda del cuadro



XII- mitad izquierda del cuadro.
D'où venons nous? Que sommes-nous? Où allons-nous? (Where Do We come from? What Are We?  Where Are We Going?). 1897. Oil on canvas. The Museum of Fine Arts, Boston, MA, USA.

Olympia de Manet (pág. 294)


Capítulo XIV





















martes, 23 de octubre de 2012

PELOE cap IV

Capítulo IV: "Aguas misteriosas"

IV-1. Pape Moe (pp.76-100)
Pape Moe ("Aguas misteriosas"). Fotografía de Charles Sptiz, exhibida en la "Exposición Universal de 1889".
Pape Moe ("Aguas misteriosas" o Jotefa-Gauguin según MVLl, pág. 88), 1893. Acuarela. Art Institute of Chicago, Chicago, IL, USA.
Pape Moe ("Aguas misteriosas"), 1893. Óleo sobre lienzo, 99 x 75.

lunes, 22 de octubre de 2012

PELOE, Cap. II

Mario Vargas Llosa, El paraíso en la otra esquina (2003). Páginas digitales.

I. Flora en Auxerre ......................................................................................................................6
II. Un demonio vigila a la niña...................................................................................................13 
III. Bastarda y prófuga................................................................................................................24
IV. Aguas misteriosas.................................................................................................................34 
V. La sombra de Charles Fourier ...............................................................................................45
VI. Annah, la Javanesa París, octubre de 1893...........................................................................56 
VII. Noticias del Perú Roanne y Saint-Étienne, junio de 1844....................................................66
VIII. Retrato de Aline Gauguin Punaauia, mayo de 1897 ...........................................................78 
IX. La travesía Avignon, julio de 1844........................................................................................89
X. Nevermore Punaauia, mayo de 1897......................................................................................100 
XI. Arequipa Marsella, julio de 1844 ..........................................................................................111
XII. ¿Quiénes somos? Punaauia, mayo de 1898..........................................................................122 
XIII. La monja Gutiérrez Toulon, agosto de 1844 ......................................................................127
XIV. La lucha con el ángel Papeete, septiembre de 1901 ...........................................................138 
XV. La batalla de Cangalla Nimes, agosto de 1844.....................................................................149
XVI. La Casa del Placer Atuona (Hiva Da), julio de 1902...........................................................161 XVII. Palabras para cambiar el mundo Montpellier, agosto de 1844.............................................173
XVIII. El vicio tardío Atuona, diciembre de 1902.........................................................................183 XIX. La ciudad-monstruo .............................................................................................................196
XX. El hechicero de Hiva Oa Atuona, Hiva Da, marzo de 1903 ………………………………..208 XXI. La última batalla Burdeos, noviembre de 1844......................................................................220
XXII. Caballos rosados Atuona, Hiva Da, mayo de 1903..............................................................231


El paraíso en la otra esquina o 
la vida y pintura de Gauguin novelada


Capítulo II: "Un demonio vigila a la niña"

II-1- Arii Matamoe (The Royal endo Pomare V) Óleo sobre tela gruesa, 1892. Adquirido en 2005 por el J. Paul Getty Museum. It is “a wonderful mélange” of motifs and symbols from Tahitian, Javanese, French, Peruvian and other cultures (The New York Times). Libro pág. 27 // pdf.
Arii Matamoe (The Royal endo Pomare V), 1892.  Óleo sobre tela gruesa.


II- 2- Manao Tipapau ("Ella piensa en el espíritu del muerto" o "El espíritu del muerto la recuerda"), 1892. Teha´amana asustada ante la imagen de "Koke" iluminada por un fósforo Libro pág. 35-43 // pdf.

Manao Tupapau ("Ella piensa en el espíritu del muerto" o "El espíritu del muerto la recuerda"), 1892. Óleo sobre lienzo. Albright-Nox Art Gallery, Buffalo, NY, USA.

II-3. Retrato del Príncipe Atiti (pág. 52)
Atiti, 1892.